miércoles, 9 de septiembre de 2009

Grasas Trans

Las grasas hidrogenadas son grasas "molecularmente alteradas" que son tóxicas para el cuerpo humano.

Las empresas procesadoras de alimento y las que son propietarias de las patentes de estos procesos perderían miles de millones de dólares si tuvieran que cambiar su método de producción de grasas/aceites hidrogenados.
La principal razón de que los aceites sean hidrogenados es que la hidrogenación del mismo actúa como un conservante. Esto lleva a aumentar la vida de los productos en los estantes de las tiendas y disminuir las devoluciones o el deterioro de los productos.

Los estudios demuestran que los aceites hidrogenados forman ácidos grasos tipo 'trans' que el cuerpo sencillamente no sabe cómo utilizar.
El cuerpo no los sintetiza adecuadamente.

Los ácidos grasos de forma trans alteran el transporte normal de minerales y otros nutrientes a traves de las membranas celulares. Debilitan la estructura y función de la célula.
El gas hidrogenante se fusiona a los aceites utilizando un catalizador metal: aluminio, cobalto y niquel. Sin ellos, el hidrógeno no puede fijarse a los aceites. Todos estos metales son tóxicos para el cuerpo.

Las grasas son una parte esencial de las membranas celulares del organismo, y la presencia de grasas trans en lugar de las naturales puede llevar al organismo a construir hormonas y paredes celulares defectuosas.

Primero fue esa enfermedad que parecía diabetes, se comportaba como la diabetes pero no se producía por una deficiencia de insulina. La profesión médica estaba estupefacta. Todo lo que sabían era que el paciente producía suficiente insulina pero no era efectiva a la hora de reducir el azúcar en la sangre. No tenían idea de hacía que la insulina fuera resistente. Llamaron a esta nueva enfermedad diabetes Tipo II.

La segunda y tercera enfermedad que aumentaron dramáticamente fueron las enfermedades cardiovasculares y el cáncer. Fue en este período cuando nuevas enfermedades que cayeron dentro de las clasificadas como autoinmunes, se vieron por primera vez. Como la profesión médica no tenía ni idea de qué causaba estas enfermedades autoinmunes, lo atribuyeron a genética defectuosa del sistema inmunológico.